miércoles, 19 de marzo de 2014

está bien estar maldita

Para María, sé que te prometí el cuento de un niño alado, pero ya no me quedan plumas para sus alas nuevas.

Te despiertas todos los días sabiendo que los amaneceres no son para ti.

Te despiertas todos los días y nadie ha colgado un sol que lleve tu nombre.

Mírate, pajarillo de sal y arena. Mírate, restos de una estrella en pena.

Todos los días tienen dientes y uñas.

Todos los días te regalan los cuchillos que no empuñas.

Caminas entre flores y tierras,

entre alas y guerras.

Crees que tus ventanas abiertas

y todos sus engranajes sueltos

pueden devolverte el verano que nunca tuviste,

el verano que nunca devolviste.

A veces sientes que tu corazón es un laberinto,

latiendo en el umbral de un cosmos extinto.

A veces sientes que tu corazón te suplica:

“por favor, dame la paz en el olvido”

Por eso lo llevas apretado en tus manos,

sangrante y henchido,

tu ofrenda a los dioses paganos.

Te acuestas todos las noches soñando en la boca de un agujero negro.

Te acuestas todas las noches y ojalá pudieras ser mi grito eterno.

3 comentarios:

  1. Quiero casarme contigo y que me escribas cosas todos los días mientras hacemos el amor.
    Eres increíble.

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  2. Me encanta tu manera de escribir, tan fresca y emotiva.
    Me encanta tu prosa y tu verso, me encanta.

    Tienes una nueva seguidora.

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