Se ahoga. Se cae. Se rompe. Se asfixia. Se desangra.
Es tan pequeña que da miedo tocarla, porque podrías convertirla en cenizas con tus dedos.
Ella es frágil. Es un suspiro. Es una caricia. Es una brisa débil. Es una nube. Es un verano olvidado. Es una lágrima. Es un copo de nieve que se derrite con los primeros rayos del sol.
Tú estás allí, ella se ha ido. Se ha evaporado. Ha echado a volar cuando ha extendido sus alas.
Buena suerte la próxima, Romeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario